dissabte, 2 d’abril del 2011

Iron Maiden - Brave New World

Tracklist
1. The Wicker Man
2. Ghost Of The Navigator
3. Brave New World
4. Blood Brothers
5. The Mercenary
6. Dream Of Mirrors
7. The Fallen Angel
8. The Nomad
9. Out Of The Silent Planet
10. The Thin Line Between Love & Hate






La banda
Iron Maiden, para muchos la mejor banda de Heavy Metal de todos los tiempos, es el máximo exponente de la New Wave Of British Heavy Metal de la década de los 70. Formada en 1975 por su bajista y líder Steve Harris, no editaría su primer álbum hasta cinco años más tarde, después de numerosos cambios en su formación. A lo largo de sus 36 años de existencia han publicado 15 discos de estudio y 9 en vivo, sin suspender nunca su actividad. Aunque la doncella siempre se ha mantenido fiel a su estilo, su sonido ha ido evolucionando desde el metal con tintes punk de sus dos primeros discos, pasando por el Heavy Metal de su época clásica, hasta el metal progresivo por el que se caracterizan sus últimas producciones. Su legado e influencia a otras bandas del género es inconmensurable, lo que les ha hecho vender en torno a los 85 millones de discos en todo el mundo.

El disco
Después de ver como todo el crédito y la reputada fama conseguida durante los 80 se perdían como lágrimas en la lluvia, Iron Maiden decidió dar un golpe de efecto a la situación para volver a posicionarse como monarcas en el sagrado trono del metal. Para ahondar en el cambio que experimentó la doncella a finales de los 90, es necesario conocer los antecedentes.
Después de la publicación de "Seventh Son of a Seven Sonth" en 1988, la dama de hierro culminaba su época más gloriosa, donde estableció las bases de lo que un grupo de heavy metal debe suponer. Pero lo que miles de aficionados no sabían es que el grupo desgraciadamente había alcanzado su cénit compositivo, y que ya nunca se volvería a ver a los Maiden brillar como lo habían hecho hasta el momento.
El primer paso atrás que dio la banda fue la pérdida del guitarrista Adrian Smith, que si bien fue acertadamente reemplazado por el carismático Janick Gers, sirvió para romper la magia y el misticismo generado en torno a la formación clásica del grupo. El segundo y más doloroso lo supuso la salida del frontman Bruce Dickinson. La garganta de acero dejaría el grupo en 1992 después de la publicación de "Fear of the Dark", para iniciar una carrera en solitario.
Ante esta situación, Harris y los suyos deciden depositar su confianza en el vocalista Blaze Bayley (ex Wolfsban). Con Blaze al frente de la bestia se publican dos trabajos, "The X factor" en 1994 y "The Virtual XI" en 1998. No obstante la potente y ruda voz del nuevo cantante no acaba de adaptarse a la dinámica del conjunto, lo cual repercute  negativamente en la calidad de los dos álbumes. Por una parte "The X factor", con una esmerada producción pero sin duda mucho más oscuro que anteriores discos, y por la otra "Virtual XI", de lejos lo peor que Iron Maiden ha lanzado al mercado, lleno de temas redundantes y carentes de calidad.
Con la banda en el peor momento desde su formación, y con Blaze Bayley fuera de la misma empiezan a sondearse a nuevos cantantes. Suenan nombres como Paul Di'anno o Micheal Kiske, pero finalmente y para sorpresa de todos sería el gran Bruce Dickinson quien volvería 7 años después de su salida. Al regreso de Bruce se le añadiría el de Adrian Smith completando así el tándem Smith/Gers/Murray al mando de la sección melódica.
Es en este marco de despedidas, regresos y cambios varios Iron Maiden decide publicar nuevo disco. "Brave New World" supone una nueva orientación en el sonido de la doncella, adentrándose tímidamente en las sendas del metal progresivo. Este trabajo supondría la resurrección de la banda, para gozo y disfrute de todos los amantes del género.
The Wicker Man se presenta como primer tema y single del disco, descargando fuerza y coraje a raudales nos permite ir abriendo boca. El final se configura como un auténtico himno que sirve para mandarnos un claro mensaje: MAIDEN HA VUELTO.
El segundo tema, Ghost Of The Navigator, en una melodía sublime y etérea que precede a la creciente tempestad de las guitarras y el bajo, remolcados por el amenazante avance de la batería de McBrain, hasta romper en un denso y pesado oleaje. Lo que más sorprende de la canción es esa majestuosa melodía que sirve después de segundo estribillo, así como la cristalina y sentida voz con la que entra Dickinson.
Después del mágico fantasma del navegante se abre paso Brave New World. Amanece de forma sutil y armoniosa, con una melodía acústica que pronto es poblada por la línea vocal de Bruce. Un corte enérgico a la vez que elegante y con un estribillo simple pero que entra de lleno e indeleble en nuestras almas. Después de los solos de rigor distinguimos nítidamente el trío de guitarras en acción. Cumplen su cometido, y con un resultado excelente. 
El disco nos brinda otra delicia, Blood Brothers, que con su lírica poética nos une a todos como auténticos hermanos de sangre. Musicalmente se enfatiza su vertiente más sinfónica, con un ambiente auténticamente medieval. La banda introduce diferentes partes vocales en medio del plano instrumental, detalle que enriquece mucho el tema.
Con una alta carga heavy nos aborda The Mercenary, con un riff duro y conciso, y un Dickinson que ruge un violento verso que acaba por desembocar en un melódico estribillo. Unos inspirados solos preceden a una preciosa melodía en la que Maiden parece confirmar su regreso a los altares.
Dream Of Mirrors va cobrando intensidad vuelta tras vuelta, volviéndose más punzante la pegada de caja de Nicko, hasta lanzarse el grupo en estampida con un bucle melódico de firma indiscutiblemente propia, seguida de un furioso cabalgar guitarrero sobre el que Dickinson descarga su lírica. El tema es despedido en acústico y con un Bruce susurrante que extiende suavemente la última línea de esta sexta pista, la más extensa del álbum.
El siguiente tema, The Fallen Angel, nos recuerda las composiciones de la banda en su mejor década, con ese verso y sobretodo pre-estribillo articulado a trabalenguas por el gran Bruce.
Llegados a la octava pista del álbum es momento de tomar aire. Nos encontramos con una pieza autenticamente épica, a la altura de otros grandes clásicos de la talla de Rime Of The Ancient Mariner o Where Eagles Dare. El comienzo caracterizado por una tesitura arabesca da paso a la voz del frontman, quien desplega todo su elenco vocal sobre tan exótico escenario. Hacia la mitad del tema, el tempo se vuelve más pausado, con una batería que empieza a andar a grandes zancadas, y unas guitarras que protagonizan una bella melodía.
Es turno de otro de los singles del trabajo, Out Of The Silent Planet. El tema empieza con un incesante galope de la guitarra, acompañado de sutiles notas de bajo. El primer estribillo, de gran espíritu clásico, es orgullosamente conducido por Bruce, irradiando ese poder, magia y elegancia que ya se echaba de menos en Maiden. El apoteosis llega de la mano de esa doble melodía que articula sin palabras el texto del segundo estribillo, ese clamoroso “Out of the silent planet, out of the silent planet we are…”, que no hace más que certificar su naturaleza de clásico.
Pasando sin más dilación a la última canción The Thin Line Between Love & Hate, nos recuerda bastante a anteriores trabajos como "The X Factor", debido a un tono bastante oscuro. La pieza comienza por adentrarse en un oscuro pasillo, revestido por una enérgica pero elegante melodía.
 La  sentida tanda de solos no podía ser más emocionante, desvaneciéndose para dar paso a una cálida y calma melodía. Para terminar, vuelve a articular Dickinson su emotiva y ‘delgada línea entre el amor y el odio’, esfumándose el tema bajo el denso sisear de los platillos de Nicko. Para dar punto y final a este sensacional álbum, el bueno de Bruce nos brinda una jocosa frase: ”Oh, i’m fuckin’ mystic!”, con la posterior risa en el estudio. Por lo visto le salió de forma natural al cantante y quisieron dejarla ahí.
Ese es sin duda uno de los múltiples detalles que hacen grande a esta maravillosa banda. A pesar de haberse convertido en un referente, aún están dispuestos a reírse de si mismo y ofrecernos un cariñoso guiño. Pocas bandas son capaces de resurgir de sus propias cenizas y a la vez redefinir su horizonte musical. Irrepetibles y únicos estos Maiden, esperemos que nos sigan asombrando con sus trabajos muchísimos años más.
UP THE IRONS!!

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